¿Qué tal os va el día? A mí la verdad que bastante bien porque me ha llegado el libro 1 de Harry Potter. Bueno y ahora a lo que importa. NZ mira, siento mucho todo lo que te está pasando, y lo siento con toda mi alma lo que te está pasando. No quiero que lo pases mal por mi culpa, pero es que me agobiabas bastante. No me apetecía hablar contigo, porque estaba vaga y no tenía ganas de hablar. Lo que si te digo, es que me parece muy extraño que hayas cogido tanta confianza conmigo... Me encanta, pero a la vez me extraña. Entiéndeme soy una persona que desde que inició el blog ha cambiado mucho porque antes, digamos que estaba sola. Tenía a mis amigos pero no es lo mismo,... Ahora he cambiado, he ampliado horizontes y he dejado el blog de lado, claro está. Lo siento mucho pero ahora es como si fuera viejos amigos que han cambiado. Básicamente es esa sensación. NZ repito que siento el daño que te he causado pero sigo pensando que no tenemos la misma confianza una con otra. Por cierto, lo de tu tio no lo sabía y te doy mis condolencias, y lo de que has estado llorando...
Y ahora que está "medio" solucionado el problema voy a los comentarios del otro post. Me han regalado sobretodo libros (Hermosas Criaturas, Esplendor, Memorias de Idhún VI, Hija de Humo y Hueso, Harry Potter y Hush, Hush), un manga Mirai Nikki (el anime es GENIAL), un CD de Imagine Dragons (son akdqsikjnhg) y ropa. Y los otros comentarios... aquí va un poquillo de lo que he escrito. No es mucho pero algo es algo.
-¿Te gusta el sitio?
Nashel observó el lugar
que su amigo Max pretendía que entrara. Unas grandes luces de neón
hacía que no pasara indiscreto aquel pub. El edificio anunciaba la
mejor discoteca de aquella ciudad, y además había un descuento en
bebidas. “No es difícil que sea el mejor pub de este pueblo. Sólo
está este” pensó Nashel. Tenía razón, puesto que vivía en una
pequeña ciudad del norte de Inglaterra donde nunca ocurría nada
importante.
Nashel se giró hacia Max
y levó una ceja.
-¿De verdad quieres
saber que pienso de este antro?
Max le dedicó una media
sonrisa.
-Creo que mejor no-le dio
una palmada a Nashel y le sonrió-. Venga, vamos a pasar.
Nashel se encogió de
hombros y dejó que su amigo le condujera hasta la entrada. Apenas
había una pequeña cola para pasar a aquella discoteca. Enseguida
estuvieron dentro y vio con una mueca de asco, como la mayoría de
gente que había allí se estaban besando con la misma desesperación
que si hubieran sido náufragos en una isla donde solo hubiera agua
salada y al cabo de dos días hubieran encontrado a algún arroyo de
agua dulce. Nashel sacudió la cabeza. Normal que casi todos los
adultos pensaran que casi todos los adolescentes estaban salidos.
Max le pasó el brazo por
los hombros y le condujo a la barra. Era apenas una pequeña encimera
de color que parecía azul marino. Detrás había una gran estantería
luciendo todas las bebidas alcohólicas que poseían. Y entre medias
había una sola camarera.
Hasta que no estuvieron
en la barra, Nashel no vio con claridad a la chica debido a poca
iluminación que tenía el bar. Era una chica demasiado delgada, casi
esquelética. Lucía una larga y rubia cabellera. Llevaba una camisa
negra que le ceñía demasiado al pecho. Max alzó la mano y la
camarera se acercó bastante deprisa.
-Hola, Max-saludó la
chica con una gran sonrisa. Su frente brillaba debido al calor que
hacía allí dentro y sus ojos marrones mostraban cansancio.
-Hola, Kate. ¿Qué tal
por aquí?
Nashel se giró extrañado
y observó a su amigo. Él nunca había sido tan extrovertido con
ninguna mujer y aquello extraño al chico. Lentamente, deslizó su
mirada hacia su amigo. Max se había echado gomina en su cabello
negro y lo llevaba peinado hacia atrás. Su rostro se había alargado
ligeramente, dejando atrás la redondez típica de la infancia. Sus
ojos negros como el azabache habían adquirido un extraño brillo
cuando Kate se había acercado. También su cuerpo había cambiado.
Ahora estaba bastante más alto, aunque Nashel le seguía ganando en
la altura. Aunque veía a Max casi todos los días no se había
percatado del cambio tan radical que había efectuado su amigo.
Kate sonrió y se acercó
más a Max, apoyando sus codos en la barra.
-Pues, ahora que acabas
de entrar mejor-dijo con timidez. Max sonrió de medio lado,
complacido por aquel piropo pero aquella fue la única reacción que
tuvo.
-Puedes ponernos un ron
con cola y...-se giró hacia Nashel.
Kate parecía que le
hubiera gustado que Max respondiera a su comentario pero seguía
mostrando su sonrisa. Ella se giró hacia el chico sorprendida, como
si se acabara de dar cuenta de que Nashel estaba allí. El chico
carraspeó.
-Una coca-cola.
-¿Una coca-cola? ¿Que
tienes, cinco años?-se volvió hacia Kate-. Ponle otro ron con
coca-cola.
Nashel comenzó a
protestar pero la mirada que le lanzó Max hizo que se callara. El
amigo se acercó y comenzó a hablar, muy serio:
-Nash, no puedes estar
así por Gwen. Ella no te merecía y me alegro de que pusierais fin a
la relación. Nos estaba separando. Y, por qué no decirlo, me
sorprendió mucho que me llamaras para quedar. Hacia meses que no
salimos después de las clases, y todo por culpa de esa...-la voz de
Max estaba teñido por una rabia que intentaba a duras penas
contener-. Bueno, que da igual, ahora la importante es que estás
aquí. Y tienes que aprovechar que estás soltero y disfrutar de la
vida, que seguramente es lo que estará haciendo Gwen...
Nashel sonrió. Aunque
las palabras que su amigo había compartido con él eran duras, sabía
que era la cruel realidad. Desde que se había enamorado de aquella
joven, su recuerdo estaba en cualquier parte, haciendo la vida
imposible a Nash. Max tenía razón en casi todo pero, hasta que no
se lo había dicho de aquella forma tan directa, el chico no se había
dado cuenta. Se maldijo varias veces por no haberse percatado de
aquella situación con anterioridad. Pero es que aquella chica...
Seguía estando en su corazón.
Aun así, Nashel decidió
que aquella noche no dedicara ningún pensamiento más a aquella
chica. Estaba allí con su mejor amigo, disfrutando de una copa que
les serviría aquella esquelética camarera que solo tenía ojos para
Max. La noche era joven.
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