Siento mucho no haber escrito antes pero estoy en época de exámenes-¡qué rollo!-pero os dejo el final de la historia. Si, ya la he terminado. ¡Qué no! Era broma (XD).
Aura
bajó las escaleras seguiendo a Eros, este estaba cabizbajo pero
quería no mostrarlo. Llegaron al salón y allí estaban sentados
Axel, mirandola de reojo, y Psique bastante inquieta porque no dejaba
de mover la pierna pero también había alguien de espaldas. Aunque
Aura no lo veía bien distingió que era un hombre. Era bastante alto
y muy musculoso. Aunque la bruja no le vio la cara sabía que tendría
alrededor de los treinta y cinco años.
-¿Quién
es?-susurró Cristi acercándose a Aura. Eros se acercó a aquel
hombre y murmuró algo que las chicas no llegaron a entender. Aquel
hombre se giro y entonces Aura lo pudo ver bien. Su cabello de un
rubio ceniza que se rizaba a la altura de sus hombros, sus ojos eran
de un color azul metálico. Su nariz era aguileña pero al contrario
que a las mujeres estas narices le quedaban mejor a los hombres.
Llevaba puesto una cazadora de cuero roja y unos pantalones negros
pitillos. Este hombre abrió bastante los ojos al ver a Aura.
-¡Aura!-gritó
aquel hombre. Fue corriendo hacia ella mientras que la aludida se
quedó petrificada. Aquel individuo la abrazó con fuerza y empezó a
besarle la cara, la chica por fin reaccionó y se apartó un poco.
-¿Quién
eres?-preguntó la chica. En los ojos de aquel hombre aunque había
mucha alegría también se distinguía un poco de decepción pero
Aura no fue capaz de entender por qué. Como él no reaccionaba Eros
respondió en su lugar.
-Aura,
este es Joel. Joel, esta es Aura-presentó el chico, el hombre siguía
sin reaccionar, solo sonreía como un idiota:-Aura, este es tu padre.
La chica se empezó
a marear, aquel hombre era su padre. No podía ser cierto, ella se
había criado sin padre y ¿por qué aparecía en aquel momento? ¿qué
quería? La chica quería preguntarlo pero estaba como hipnotizada,
en otro planeta. Joel no sabía que hacer, veía que su hija
enpalidecía poco a poco, pero no reaccionaba. A Aura, la estancia le
daba vueltas. ¿Qué hacía el sofá en el techo? De repente todo fue
oscuridad y Aura se desmayó.
-¡Hija!
¡Despierta!-gritó Joel al lado de Aura. La chica comenzó a abrir
los ojos. Había demasiada luz y tuvo que parpadear varias veces. La
chica estaba tumbada en el frío suelo. Axel estaba cogiendole la
mano izquierda mientras que Psique y Cristi la mano derecha. Joel
estaba arrodillado sujetando la cabeza. Eros estaba de pie mirandola
con una cara de gran espanto y preocupación. Todo aquel revuelo era
bastante agobiante. Aura no estaba ya tan mareada pero siguía
pensando en Joel.
-Haber
dejarla espacio-dijo Eros tomando la iniciativa. Obligó a separarse
a todos de ella. Joel obedeció al igual que Cris y Psique pero Axel
se opuso.
-Es
mi esposa, quiero estar junto a ella-objetó el marido de Aura. Eros
le miró seriamente. Aura no se enteraba todavía bien a pesar de que
las voces le llegaban bastante nítidas. Eros dijo algo y de repente
cogió a la chica por la espalda y las piernas. Nadie les siguió
mientras subían por las escaleras.
-Eros-murmuró
la chica mirandole, él no dijo nada pero ella prosigió:-Déjame en
el suelo puedo ir andando sola.
El
chico tenía escrita la duda en sus ojos pero hizo lo que la chica le
decía. La bajó con gran delicadeza y la posó en el suelo. Aura se
sintió un poco mareada pero no lo dejo notar. Eros le cogió la mano
y la guió hasta su habitación. La mano del chico estaba caliente y
un poco húmeda. Entraron en la habitación de él, estaba muy
ordenada. Eros la obligó a tumbarse en la cama, Aura iba a protestar
pero ante el semblante serio del muchacho se calló y acató.
La
cama estaba mullida y caliente. La chica se sentía incómoda y no
sabía donde mirar. Eros hacía algo en su armario y cuando por fin
terminó se giró hacia la cama con un botiquín.
-¿Qué
vas a hacer con eso?-preguntó asustada Aura.
-¿Que
puedo hacer?-respondió con la voz en falsete, emulandola-Como has
estado en Londres no te has enterado de que soy médico. Además voy
a ver si te vas hecho un chichón o tienes fiebre.
El
chico se acercó a ella, le puso el termometro en la axila depilada,
ella no quiso admitirlo pero aquel contacto fue fugaz pero bastante
intenso.
-Te
voy a examinar la cabeza. Estate quieta ¿de acuerdo?
La
chica obedeció pero no pudo evitar hablarle:
-Eros,
¿desde cuándo estudias medicina? Seguro que tanto ver sangre te ha
afectado la cabeza y también lo quieres ver en tu trabajo
-Desde
que terminé el instituto. Siempre me ha atraido la sangre pero vamos
igual que a tí te atrae el peligro y los chupalmas...
-¿Qué
quieres decir?-preguntó Aura enfadada. Eros siempre era desagradable
con los demoníacos pero claro, ella ya no lo conocía tan bien como
antes. El ángel paró de mirar su cabeza. Estuvieron envueltos en un
silencio incómodo hasta que el chico suspiró.
-Aura-musitó
él. Aunque ella no quería admitirlo el vello se le ponía de punta
cada vez que él pronunciaba su nombre-, esta pregunta me la llevó
haciendo desde que te fuiste: ¿Por qué prefieres ser una bruja
cuando también tienes sangre de ángel?
Aura se esperaba
todo menos esa salida. Era algo pasado pero claro Psique se lo había
dejado claro “Eros quedó muy tocado después de tu huida con
Axel. Dejó de comer y se deprimió.” A lo mejor por esa razón
todavía Eros no lo había preguntado antes. El chico estaba
cabizbajo pero a parte de eso no parecía demasiado triste. Aura no
lo había vuelto a pensar después que huyera de aquel lugar nefasto.
-Eros...
callate-dije mientras me levantaba de la cama. El chico se puso un
poco pálido pero reaccionó deprisa se interpuso entre Aura y la
puerta. La chica molesta se giró y buscó otra vía de escape
mientras el chico decía:
-Aura
dimelo
Ella encontró una
ventana pero descartó la posibilidad. Era un segundo piso y no tenía
una supercuración como Cris o Psique. Como no encontaba forma humana
de salir de allí pensó en los hechizos que había ensayado con
Axel.
-Aura...
-Eros-dijo
ella cansada de oir su nombre-, mira eso es una decisión que tomé
hace tiempo. No te incumbe porque me gusta más ser una bruja que un
ángel. Aparte el ejemplo que tengo no es muy bueno-dijo
señalandolo-. Eres antipático y me odias asi que no quiero ser un
ángel en la vida.
-Pero
Aura por favor dime por qué...
-Tú
no sabes que el fin no justifica los medios. No me tienes que agobiar
por saber por qué no quiero ser ángel. Te voy a decir una cosa:
¡vete a la mierda!
Eros fue
enpalideciendo poco a poco, pero Aura no se preocupó de eso. Sacó
de la manga de su camisa una varita. Se la había regalado Axel el
día de su decimoséptimo cumpleaños. Lo había celebrado con él y
con Will. Un mago que era amigo de Axel desde hace años. Era su
mejor amigo y la verdad que lo echaba de menos. Will era noruego,
rubio con los ojos azules. Jugaba al baloncesto en su tiempo libre.
El hechizo que iba a hacer ahora se lo había visto hacer a Will pero
fue Axel quien se lo enseñó.
Movió la varita al
son de una melodía inexistente. Eros la iba a detener pero ya había
hecho una puerta mágica. La atravesó rápidamente y llegó al salón
ante la mirada atónita de Joel, Axel, Psique, Cris y Mary.
-¿Por
qué apareces así?-preguntó su supuesto padre.
-Porque
me da la gana-respondió derrumbandose en la silla. Su padre se
escandalizo por aquella respuesta pero no dijo nada.
-¿Qué
ha pasado ahí arriba?-preguntó Cristi y Mary a la vez. Se
observaron y rieron a la vez. Aura iba a contestar a la chicas pero
apareció Eros detrás suya.
-Nada.
Está perfectamente, ni un chicón, ni sangre, ni fiebre... aunque
lleve todavía el termómetro-se acercó a ella con intención de
quitarselo pero ella fue más rápida y lo miró al tras luz. Tenía
38,4ºC.
-Te
equivocas-respodió ella-Sí tengo fiebre.
Axel
y Joel se levantaron con intención de mirarla pero ella hizo un
gesto de que no se preocuparan. Eros se encogió de hombros y subió
al segundo piso, sin decir nada. Psique se disculpó y fue tras él.
“Aura”dijo
mentalmente Axel “¿Nos vamos a casa?”
La chica se asutó
un poco al oir la voz del brujo en su cabez porque hace bastante
tiempo que no hablaban así. Ella suspiró aliviada al ver la cara de
su marido cerca pero la expresión dibujada en ella no era muy
agradable.
“¿A
qué casa? Te recuerdo que estamos aquí y no en Londres” la voz
tuvo un tono bastante malhumorado. Axel sonrió con desgana y dijo:
“A
la mía de aquí.”
Joel miraba
alternativamente a Axel y a su hija, pero a ella no le importó. Se
levantó, cogió a Axel de la mano y se fueron a su casa.
Salieron por la
puerta y el aire frío le dio a Aura en la cara, pero lo agradeció
por la fuebre que tenía. Se apoyó en el hombro de Axel mientras
caminaban por la desierta calle. Pero la chica no dejaba de pensar
que aquel hombre podía ser su padre, pero aquello más que una
alegría eran varias preguntas. ¿Por qué aparecía ahora? ¿Quién
era realmente? ¿Por qué no lo había visto nunca?
-Tranquila-dijo
Axel adivinando sus pensamientos-, Joel es buena gente. Lo poco que
lo he conocido quiero decir.
-Pero
Axel, ¿por qué viene ahora? No sé quién es, dice que es mi padre
pero ¿cómo se que es verdad? Es una frustración tan grande.
-A
lo mejor el hombre no sabía que existías-respondió Axel con poca
convicción. Aura se giró y lo miró con excepticismo pero agradeció
ese apoyo que él le brindaba.
-Pues
eso es que no me buscó mucho. Ni a mí ni a mi madre-replicó la
chica enfurruñada. Axel la besó en la cabeza, fue bastante tierno
pero no consiguió calmar los humos de la chica.
Pronto llegaron a la
casa de Axel. Él sacó la llave y la metió en la cerradura. Cuando
abrió la puerta fue como si aquel trozo de madera fuera la del
mismisimo infierno. Un olor a muerte disfrazado de azufre les impactó
en la cara. La visión era horrorosa. Había seres-si es que se les
podía llamar así-feos. Pero cuando les dieron la luz todavía se
veía más su fealdad. La piel era escamosa pero en ciertos lugares
tenía plumas. Parecía tener la altura de dos seres humanos juntos.
Eran bastante musculosos pero a Aura no le impactó todo aquello. Lo
que más llamó su atención fue el odio que había en sus ojos. La
esclerótica era amarilla y su pupila era alargada como la de los
gatos pero esto radiaban odio pero con una mezcla de resentomiento e
ira.
Aura se quedó
petrificada, era un geveerdi duwel. Nunca-excepto en
fotografías lso había visto. El demonio la miró durante un segundo
que para Aura fue eterno. El geveerdi duwel no lo dudó un
segundo, se arrojó hacía ella mostrando sus cinco hileras de
dientes.
¿Qué creeis que puede pasar? ¿Saldrá Aura de esta? ¿Por qué Joel aparece ahora? ¿Qué hace ese demonio en la antigua casa de Axel?
Espero que os haya gustado y comentad.
Millones de besos y gracias por leer mi historia.
Pd: He escrito un poco de la vida de Will en vidas antes de la historia. Espero que os guste y comentéis
Esto no tiene nada que ver con el blog pero estas son dos de mis canciones que siempre que escribo me inspira mucho, espero que os guste
El Último Día- Maldita Nerea
que bien hacía mil años que no publicabas capitulos!!! jajaja xD
ResponderEliminarMuchos MuakiS Xd
Sí tienes razón, pero es que entre examenes y falta de inspiración... Se tarda bastante.XD
EliminarMillones de besos