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martes, 8 de mayo de 2012

Capitulo 8: el fin no siempre justifica los medios

Hola otra vez.
Siento mucho no haber escrito antes pero estoy en época de exámenes-¡qué rollo!-pero os dejo el final de la historia. Si, ya la he terminado. ¡Qué no! Era broma (XD). 



Aura bajó las escaleras seguiendo a Eros, este estaba cabizbajo pero quería no mostrarlo. Llegaron al salón y allí estaban sentados Axel, mirandola de reojo, y Psique bastante inquieta porque no dejaba de mover la pierna pero también había alguien de espaldas. Aunque Aura no lo veía bien distingió que era un hombre. Era bastante alto y muy musculoso. Aunque la bruja no le vio la cara sabía que tendría alrededor de los treinta y cinco años.
-¿Quién es?-susurró Cristi acercándose a Aura. Eros se acercó a aquel hombre y murmuró algo que las chicas no llegaron a entender. Aquel hombre se giro y entonces Aura lo pudo ver bien. Su cabello de un rubio ceniza que se rizaba a la altura de sus hombros, sus ojos eran de un color azul metálico. Su nariz era aguileña pero al contrario que a las mujeres estas narices le quedaban mejor a los hombres. Llevaba puesto una cazadora de cuero roja y unos pantalones negros pitillos. Este hombre abrió bastante los ojos al ver a Aura.
-¡Aura!-gritó aquel hombre. Fue corriendo hacia ella mientras que la aludida se quedó petrificada. Aquel individuo la abrazó con fuerza y empezó a besarle la cara, la chica por fin reaccionó y se apartó un poco.
-¿Quién eres?-preguntó la chica. En los ojos de aquel hombre aunque había mucha alegría también se distinguía un poco de decepción pero Aura no fue capaz de entender por qué. Como él no reaccionaba Eros respondió en su lugar.
-Aura, este es Joel. Joel, esta es Aura-presentó el chico, el hombre siguía sin reaccionar, solo sonreía como un idiota:-Aura, este es tu padre.
La chica se empezó a marear, aquel hombre era su padre. No podía ser cierto, ella se había criado sin padre y ¿por qué aparecía en aquel momento? ¿qué quería? La chica quería preguntarlo pero estaba como hipnotizada, en otro planeta. Joel no sabía que hacer, veía que su hija enpalidecía poco a poco, pero no reaccionaba. A Aura, la estancia le daba vueltas. ¿Qué hacía el sofá en el techo? De repente todo fue oscuridad y Aura se desmayó.

-¡Hija! ¡Despierta!-gritó Joel al lado de Aura. La chica comenzó a abrir los ojos. Había demasiada luz y tuvo que parpadear varias veces. La chica estaba tumbada en el frío suelo. Axel estaba cogiendole la mano izquierda mientras que Psique y Cristi la mano derecha. Joel estaba arrodillado sujetando la cabeza. Eros estaba de pie mirandola con una cara de gran espanto y preocupación. Todo aquel revuelo era bastante agobiante. Aura no estaba ya tan mareada pero siguía pensando en Joel.
-Haber dejarla espacio-dijo Eros tomando la iniciativa. Obligó a separarse a todos de ella. Joel obedeció al igual que Cris y Psique pero Axel se opuso.
-Es mi esposa, quiero estar junto a ella-objetó el marido de Aura. Eros le miró seriamente. Aura no se enteraba todavía bien a pesar de que las voces le llegaban bastante nítidas. Eros dijo algo y de repente cogió a la chica por la espalda y las piernas. Nadie les siguió mientras subían por las escaleras.
-Eros-murmuró la chica mirandole, él no dijo nada pero ella prosigió:-Déjame en el suelo puedo ir andando sola.
El chico tenía escrita la duda en sus ojos pero hizo lo que la chica le decía. La bajó con gran delicadeza y la posó en el suelo. Aura se sintió un poco mareada pero no lo dejo notar. Eros le cogió la mano y la guió hasta su habitación. La mano del chico estaba caliente y un poco húmeda. Entraron en la habitación de él, estaba muy ordenada. Eros la obligó a tumbarse en la cama, Aura iba a protestar pero ante el semblante serio del muchacho se calló y acató.
La cama estaba mullida y caliente. La chica se sentía incómoda y no sabía donde mirar. Eros hacía algo en su armario y cuando por fin terminó se giró hacia la cama con un botiquín.
-¿Qué vas a hacer con eso?-preguntó asustada Aura.
-¿Que puedo hacer?-respondió con la voz en falsete, emulandola-Como has estado en Londres no te has enterado de que soy médico. Además voy a ver si te vas hecho un chichón o tienes fiebre.
El chico se acercó a ella, le puso el termometro en la axila depilada, ella no quiso admitirlo pero aquel contacto fue fugaz pero bastante intenso.
-Te voy a examinar la cabeza. Estate quieta ¿de acuerdo?
La chica obedeció pero no pudo evitar hablarle:
-Eros, ¿desde cuándo estudias medicina? Seguro que tanto ver sangre te ha afectado la cabeza y también lo quieres ver en tu trabajo
-Desde que terminé el instituto. Siempre me ha atraido la sangre pero vamos igual que a tí te atrae el peligro y los chupalmas...
-¿Qué quieres decir?-preguntó Aura enfadada. Eros siempre era desagradable con los demoníacos pero claro, ella ya no lo conocía tan bien como antes. El ángel paró de mirar su cabeza. Estuvieron envueltos en un silencio incómodo hasta que el chico suspiró.
-Aura-musitó él. Aunque ella no quería admitirlo el vello se le ponía de punta cada vez que él pronunciaba su nombre-, esta pregunta me la llevó haciendo desde que te fuiste: ¿Por qué prefieres ser una bruja cuando también tienes sangre de ángel?
Aura se esperaba todo menos esa salida. Era algo pasado pero claro Psique se lo había dejado claro “Eros quedó muy tocado después de tu huida con Axel. Dejó de comer y se deprimió.” A lo mejor por esa razón todavía Eros no lo había preguntado antes. El chico estaba cabizbajo pero a parte de eso no parecía demasiado triste. Aura no lo había vuelto a pensar después que huyera de aquel lugar nefasto.
-Eros... callate-dije mientras me levantaba de la cama. El chico se puso un poco pálido pero reaccionó deprisa se interpuso entre Aura y la puerta. La chica molesta se giró y buscó otra vía de escape mientras el chico decía:
-Aura dimelo
Ella encontró una ventana pero descartó la posibilidad. Era un segundo piso y no tenía una supercuración como Cris o Psique. Como no encontaba forma humana de salir de allí pensó en los hechizos que había ensayado con Axel.
-Aura...
-Eros-dijo ella cansada de oir su nombre-, mira eso es una decisión que tomé hace tiempo. No te incumbe porque me gusta más ser una bruja que un ángel. Aparte el ejemplo que tengo no es muy bueno-dijo señalandolo-. Eres antipático y me odias asi que no quiero ser un ángel en la vida.
-Pero Aura por favor dime por qué...
-Tú no sabes que el fin no justifica los medios. No me tienes que agobiar por saber por qué no quiero ser ángel. Te voy a decir una cosa: ¡vete a la mierda!
Eros fue enpalideciendo poco a poco, pero Aura no se preocupó de eso. Sacó de la manga de su camisa una varita. Se la había regalado Axel el día de su decimoséptimo cumpleaños. Lo había celebrado con él y con Will. Un mago que era amigo de Axel desde hace años. Era su mejor amigo y la verdad que lo echaba de menos. Will era noruego, rubio con los ojos azules. Jugaba al baloncesto en su tiempo libre. El hechizo que iba a hacer ahora se lo había visto hacer a Will pero fue Axel quien se lo enseñó.
Movió la varita al son de una melodía inexistente. Eros la iba a detener pero ya había hecho una puerta mágica. La atravesó rápidamente y llegó al salón ante la mirada atónita de Joel, Axel, Psique, Cris y Mary.
-¿Por qué apareces así?-preguntó su supuesto padre.
-Porque me da la gana-respondió derrumbandose en la silla. Su padre se escandalizo por aquella respuesta pero no dijo nada.
-¿Qué ha pasado ahí arriba?-preguntó Cristi y Mary a la vez. Se observaron y rieron a la vez. Aura iba a contestar a la chicas pero apareció Eros detrás suya.
-Nada. Está perfectamente, ni un chicón, ni sangre, ni fiebre... aunque lleve todavía el termómetro-se acercó a ella con intención de quitarselo pero ella fue más rápida y lo miró al tras luz. Tenía 38,4ºC.
-Te equivocas-respodió ella-Sí tengo fiebre.
Axel y Joel se levantaron con intención de mirarla pero ella hizo un gesto de que no se preocuparan. Eros se encogió de hombros y subió al segundo piso, sin decir nada. Psique se disculpó y fue tras él.
Aura”dijo mentalmente Axel “¿Nos vamos a casa?”
La chica se asutó un poco al oir la voz del brujo en su cabez porque hace bastante tiempo que no hablaban así. Ella suspiró aliviada al ver la cara de su marido cerca pero la expresión dibujada en ella no era muy agradable.
¿A qué casa? Te recuerdo que estamos aquí y no en Londres” la voz tuvo un tono bastante malhumorado. Axel sonrió con desgana y dijo:
A la mía de aquí.”
Joel miraba alternativamente a Axel y a su hija, pero a ella no le importó. Se levantó, cogió a Axel de la mano y se fueron a su casa.
Salieron por la puerta y el aire frío le dio a Aura en la cara, pero lo agradeció por la fuebre que tenía. Se apoyó en el hombro de Axel mientras caminaban por la desierta calle. Pero la chica no dejaba de pensar que aquel hombre podía ser su padre, pero aquello más que una alegría eran varias preguntas. ¿Por qué aparecía ahora? ¿Quién era realmente? ¿Por qué no lo había visto nunca?
-Tranquila-dijo Axel adivinando sus pensamientos-, Joel es buena gente. Lo poco que lo he conocido quiero decir.
-Pero Axel, ¿por qué viene ahora? No sé quién es, dice que es mi padre pero ¿cómo se que es verdad? Es una frustración tan grande.
-A lo mejor el hombre no sabía que existías-respondió Axel con poca convicción. Aura se giró y lo miró con excepticismo pero agradeció ese apoyo que él le brindaba.
-Pues eso es que no me buscó mucho. Ni a mí ni a mi madre-replicó la chica enfurruñada. Axel la besó en la cabeza, fue bastante tierno pero no consiguió calmar los humos de la chica.
Pronto llegaron a la casa de Axel. Él sacó la llave y la metió en la cerradura. Cuando abrió la puerta fue como si aquel trozo de madera fuera la del mismisimo infierno. Un olor a muerte disfrazado de azufre les impactó en la cara. La visión era horrorosa. Había seres-si es que se les podía llamar así-feos. Pero cuando les dieron la luz todavía se veía más su fealdad. La piel era escamosa pero en ciertos lugares tenía plumas. Parecía tener la altura de dos seres humanos juntos. Eran bastante musculosos pero a Aura no le impactó todo aquello. Lo que más llamó su atención fue el odio que había en sus ojos. La esclerótica era amarilla y su pupila era alargada como la de los gatos pero esto radiaban odio pero con una mezcla de resentomiento e ira.
Aura se quedó petrificada, era un geveerdi duwel. Nunca-excepto en fotografías lso había visto. El demonio la miró durante un segundo que para Aura fue eterno. El geveerdi duwel no lo dudó un segundo, se arrojó hacía ella mostrando sus cinco hileras de dientes.



¿Qué creeis que puede pasar? ¿Saldrá Aura de esta? ¿Por qué Joel aparece ahora? ¿Qué hace ese demonio en la antigua casa de Axel? 
Espero que os haya gustado y comentad.
Millones de besos y gracias por leer mi historia.
Pd: He escrito un poco de la vida de Will en vidas antes de la historia. Espero que os guste y comentéis 


Esto no tiene nada que ver con el blog pero estas son dos de mis canciones que siempre que escribo me inspira mucho, espero que os guste 
El Último Día- Maldita Nerea
Can´t Stop- Maroon 5

miércoles, 25 de abril de 2012

Capitulo 8: el fin no siempre justifica los medios


Hola Blogeros, primero os quería dar las gracias por leer mi blog y comentar en él para que me ayudéis a mejorar. Segundo os quería decir que no podré ni escribir ni publicar este fin de semana porque me voy de viaje a la capital del país vecino Lisboa.




Conforme Psique iba contando la historia Aura palidecía notoriamente. En su mente  imaginaba cómo había sufrido durante la transformación, cuanto había sufrido. Pero había una oración que resonaba por encima de todo el relato de Psique. “Eros quedó muy tocado después de tu huida con Axel. Dejó de comer y se deprimió.” Aquello le había distraido, el Eros de ahora no sería así. Él nunca se deprimiría por amor, ni dejaría de comer por Aura. 
-¿Qué te pasó después?-preguntó con un hilo de voz Aura.
-Eros intentó impedirme que me uniera a un clan-prosiguió Psique sonriendo-.  Él se sentía culpable pero... Mis reflejos eran más rápidos. Una noche, me escapé. Las Sexo en Nueva York me estaban esperando en un pub. Cuando llegué, intenté unirme al clan de vampiras pero... no me aceptaron. Hasta día de hoy sigo sin hablarme con ellas-miró hacia la ventana cerrada con una gran melancolía. La bruja sentía gran lástima por ella. Ella no quería ser una vampira y en cambio lo era. La verdad que Aura y Psique no era tan diferentes.
 Sonó la puerta y las dos nos sobresaltamos. Pero al segundo Psique estaba en la puerta abiendola. 
-Tía ¿es verdad que viene tu prima?
La chica era bastante más alta que la última vez que Aura la había visto. Su pelo moreno rizado estaba recojido en un moño bastante gracioso, pero un mechón le  caía en el lado derecho de su rostro moreno. Su delgadez todavía no la había abandonado. Sus ojos seguían siendo verdes un poco apagado pero con ese brillo que la caracterizaba.  Llevaba puesto unos tacones de por lo menos 10 cm. Unos leggenis de cuero combinado con una camiseta roja de un hombro al aire. Tenía un collar muy bonito. Era un lobo.
-Estoy aquí-ironizó Aura saludando con la mano. La chica se volvió y la miró estupefacta. Era su mejor amiga Cristi. La chica del collar del lobo pasaba la mirada de Aura a Psique y viceversa. La bruja se levantó y fue a saludarla. Pero Cristi se negó y le preguntó directamente:
-¿Por qué me dejaste aquí sola?
Su voz se le clavó a la chica como un puñal en el centro de su corazón. Siempre pensó que Cristi no la juzgaría sino que la apoyaría pero nunca pensó que ella estaba enamorada de Axel, ahora con aquella pregunta lo veía bien. Le había fallado, y a lo mejor por su estúpidez hubiera perdido su amistad. A Aura se le hizo un nudo en la garganta y se explicó atropelladamente:
-Cristi, lo siento mucho. Cuando me fui no pensé en ti, ni en que te gustaba Axel. Lo siento tanto, Cristina. Si no me perdonas lo entenderé pero aunque lo hagas siempre me voy a sentir culpable.
La chica del collar de lobo se la quedó mirando fijamente. En su mirada no había nada. Sus ojos verdes eran tan inexpresivos como una hoja en blanco. 
-Bueno yo me voy-sentenció Psique claramente incómoda. Se acercó a Cris y le dijo algo al oído. Aura solo pudo entender “noche” y “luna”. La vampira cerró la puerta y las amigas se quedaron mirando. El silencio era como una losa que Aura sentía que le iba a aplastar hasta que Cristi decidio romperlo:
-Aura, no puedes llegar aquí y pretender que te perdone como si nada. Desde que te fuiste han pasado bastantes cosas, tanto buenas como malas y yo no te tenía ahí para que me apoyaras. Ya se que eres una bruja-ante la expresión de Aura, la chica levantó la mano, haciendo callar.-Dejame terminar, por favor. También eres un ángel. Por eso te fugaste con Axel, dejandome a mí tirada. Antes de que te largarás me hicieron lo que soy aho...
-¿Qué te hicieron?-interrumpió preocupada Aura a su mejor amiga.
Cris suspiró.
-Me transformaron
-¿En vampira?-preguntó estupidamente Aura. Cristi era bastante morena con lo cual era practicamente imposible. La había transformado y no se lo había contado a Aura se sentía como un poco traicionada pero claro yo tampoco le conté que soy un ángel y medio bruja, y tampoco le conté que me fugué con Axel. Soy una pesima amiga, no me extraña que me odie, pensó la muchacha. 
La chica se tocó el collar nerviosamente. Se mordió el labio inferior, suspiró lentamente.
-No te da una pista el collar-ironizó cogiendolo y mostandoselo a Aura. Era el hermoso lobo de latón. Aura no caía ¿en qué se había transformado Cris? La chica del collar captó la cara de su amiga y se sentó en la cama a su lado. Antes de hablar las dos se quedaron mirandose fijamente hasta que Cristi se colocó un mechón del pelo detrás de la oreja y suspiró sonoramente
-Aura te lo quise decir pero cuando vine me abrió la puerta Psique. Me dijo sin piedad que te habías ido con Axel. En aquel instante te odié como nunca había odiado a nadie. Hoy en día te sigo odiando un poco. Me sentí triste porque te había perdido y a Axel. No conocía a nadie en la ciudad que fuera igual que yo y pensé que tú me ayudarías pero... no estabas.
-Cris, lo siento mucho-interrumpió Aura con gran culpabilidad.
-No me interrumpas, por favor. Después asumí que Axel y tú no ibais a volver.  Psique se hizo amiga mia despues que la transformaran, aunque nuestros clanes son enemigos, siempre vamos a sentir ganas de matarnos pero compartimos nuestros sentimientos. Ella me presentó a Dani. Mi novio. Él es igual que yo, y es el líder del clan. Soy una... una mujer-lobo.
Aura abrió los ojos tanto que parecían dos platos. ¿Una mujer lobo? ¿Cómo? Observó a la chica, parecía normal. No tenía nada que la evidenciara como a Psique su palidez o el cambio del color en sus ojos. Cris era completamente normal.
-¿Cuándo...?-intentó preguntar pero era un hilillo de voz que ni el oido sobrehumano de Psique hubiera podido oir. Carraspeó
-¿Cuándo te transformas?-preguntó con una voz mas audible. Ella me miró divertida como si estuvieramos hablando de chicos hace cinco años. Cris siempre era el alma de toda fiesta. Sonriente y soñadora sin mostrar sus sentimientos pero los tenía. La chica que Aura tanto había añorado en Londres en las tardes lluviosas.
-Todas las noches-rio ante la cara de espanto de su amiga.-, es la verdad si no fuera por mi collar de lobo. Tiene una piedra, la armadirana, que controla la transformación. Pero como mínimo nos tenemos que transformar cinco veces al mes. No es tan malo, cuando eres lobo te sientes libre como nunca te senterías siendo humana.
-Lo siento pero no puedo quitarmelo de la cabeza, ¿qué hay del jefe del clan?
-Dani-corrigió ella con una gran sonrisa.- Nos conocimos una noche que estaba a punto de transformarme pero me dio tiempo de hablar con él. Los lobos nos enamoramos de alguien y no es como cuando eramos humanos (te lo digo por propia experiencia). Sentimos que queremos envejecer al lado de esa persona. Tener hijos con él... Bueno pues me fui porque no sabia que era un hombre-lobo (y menos que era el  jefe del  clan). Cuando me transformé lo vi a mi lado, porque aunque tengamos forma de lobo nos reconocemos como si fueramos personas.
-¡Qué bonito!-gritó Aura abrazandola.
Alguien llamó a la puerta, pero las chicas no lo oyeron.
-¿Pero que haceís?-exclamó una voz que Aura no había echado de menos durante su estancia en Londres, era Eros. Estaba apoyado en la puerta mirandolas como si mirara a dos cucarachas abrazandose. La muchacha lo odió con toda su alma pero una parte se negaba a hacer lo que le dictaba su cerebro, su corazón.
 Las chicas se separaron y acordaron hablar más tarde con solo una mirada.
-¿Qué quieres Eros?-preguntó Aura molesta mientras se acomodaba en la cama y cogia un cojín. El chico la miró detenidamente y eso a la bruja no le gustaba nada, era como si fuese un objeto y no mirara en su interior, ella fijo la mirada en Cristi que le estaba mirando.
-Hay abajo alguien que te quiere ver-dijo desviando la mirada. 
-¿Quién?
-Será mejor que bajes-dijo solamente Eros.


Gracias por leer mi historia, ¿quién pensáis que es  la persona que quiere ver a Aura? ¿Os gusta que Cristi y Aura sean amigas? ¿ queréis que Dani participe en la historia? Comentad.
Muchísimos besos.
Posdata: he visto la película de los Juegos del Hambre y esta genial se parece bastante al libro pero hay algunas cosas que no salian por ejemplo como se hacen los juegos y los mutos me han decepcionado pero esta genial y la quiero volver a ver

sábado, 14 de abril de 2012

Capitulo 7: La transformación

Subieron las escaleras que crujieron bajos sus pies. A Aura aquel sonido le devolvio el recuerdo del día en que decidió irse de casa.
“Abrió lentamente la puertapara que nadie le oyera. Estaba empapada debido a la llovia. Cruzó el salón de puntillas. Llegó a la escalera que crujia levemente.Con cada crujido malcedía su existencia. Por fin llego a la habitación. Encendió la luz. Ahí estaba Mary, sentada en la cama.
-¡Qué susto me has dado!-exclamó Aura.
Ella ignoró el comentario.
-Hola-dijo con alegría.
Aura la ignoró y cruzo la habitación hacia su armario y cogió la maleta. Era una Sansonite verde pistacho. Sacó su ropa de las perchas y comensó a meterla en la maleta. Mary la miraba con el entrecejo arrugado pero no habló hasta que la vio coger su diario.
-¿Qué haces?
-Me voy de esta casa.
-¿Qué?-Mary se recompuso y preguntó con una punzada de tristeza-¿Adónde?
-A Londres con Axel-declaró Aura. Sólo echaría de menos a Mary y a Cristi. Tenía que explicarselo a su tía Laura y a su amiga. Arrancó una hoja de su diario y cogio su boligrafo de Bob Esponja y escribió:
Querida tía Laura:

No me he atrevido a contartelo a la cara por eso te escribo esta carta. Alba, que vive en Londres, me ha dicho que la educación allí es bastante mejor que aquí, en España. Además siento como mi presencia aquí os incómoda tanto como a Dario, Psique, Eros y ati. Espero que no me odies por mi decisión, te llamaré para contarte como voy por allí. Deseo que sigáis bien.
Besos.
Aura dejó la carta en su cama y cogio la maleta. Mary seguía gritando que no se fuera.
-Pero por fin que encuentró a alguien que me ve y se va, eres cruel-exclamó fuera de si.
-Mary lo siento, pero no puedo seguir viviendo en una casa en la que no me siento querida-explicó Aura.
-Y Eros, ¿no te sientes querida por él?
Aura enmudeció. Hasta hace unas horas si se sentía querida por él, pero desde que se cabreó tanto con ella por un motivo de tan poca importancia.
-No, Eros es imbécil-declaró después de un largo silencio.
Bajo las escaleras medio corriendo y con el familiar crujido, pero cuando quedaban tres escalos se paró en seco. Eros estaba ahí, parado y mirandola fijamente. Estaba empapado pero no temblaba de frío.
-¿Adónde vas?-preguntó.
-Lejos-respondio la chica con sencillez-.No soy para ti una aberración pues me voy lejos de tí.
Eros le miró espantado y confundido. No quería que Aura se fuera, era lo ultimo que quería que pasara. Aura se paró a su lado. Miraba a la puerta. Allí detrás de aquel trozo de madera tratado estaba Axel, lo podía intuir. Se giró y vio a Eros. Le dio un beso en la mejilla en un arrevato de valentía. Abrio la puerta y no estaba lloviendo, ahi estaba Axel. Un rayo de sol le daba en su cara, le iluminaba tanto que parecía salido del cielo. Aura le sonrió y así comenzó su nueva vida.”

Llegaron a la habitación de Psique. Mary estaban allí esperandoles. Parecía preocupada porque estaba intentando arreglar las flores dque estaban en el florero, pero las transpasaba antes de tocarlas. Mary al oirlos se giró y sus ojos fantasmales se abrieron tanto que parecían platos.
-Hola-saludó tímidamente Aura alzando la mano. Sentía muchas ganas de abrazar pero por desgracia no podría. Mary explotó de alegría se acercó corriendo hacia la chica. Su pelo rebotaba en su purpura y ceñido vestido. Sonreia más que nunca.
-¡Aura!¡Cuánto tiempo sin verte!-se paró y la miró fijamente de arriba a abajo-Has crecido.¡Qué guapa estás!
La aludida se sonrojo pero le sonrió. Luego Mary observó atentamente a Axel, que se le veía incómodo con tanta atención.
-A tí no te conozco...
-Bueno-dijo llevandose la mano a la cabeza. Solo hacía esto cuando sentía mucha vergüenza. Aura que conocía aquel gesto, se rio para sus adentros-.Soy Axel, el marido de Aura.
Mary se volvió en rotundo hacia Aura. La muchacha miró de reojo a Eros, estaba muy tenso, pero su rostro no expresaba emoción alguna.
-¡¿Pero cómo no me has contado nada?! ¿Cuando fue?-interrogó la fantasma.
-El 14 de Mayo del año pasado
-¡Qué romántico!
Eros carraspeo
-Creo que tendríamos que ir a ver a mi hermana y luego ya cotorreais.
Aura y Mary le miraron. Las dos vieron lo incómodo que se sentía decidieron con la mirada que se lo contarían luego todo. Eros se adelantó y abrió la puerta.
Aura se agarró al brazo de Axel. Un frío glacial les golpeó en la cara. Estaba oscuro y no se veía nada.
-Psique, están aquí-vocifereo el ángel.
No pasó nada. Aura se tenso y notó como su marido lo hacía a su vez. Algo cayó del techo. Se reincorporó con una agilidad felina. Llevaba tacones y un conjunto de cuero. Su pelo marrón contrastaba con la blancura de su piel. Pero lo más extraño era el color de sus ojos eran grises muy claro. Había algo en ella que te incitaba a acertate a ella. De pronto las luces se encendieron y la chica vio a la vampira con más claridad. Su cuerpo aunque era pequeño, Aura sabía, que era muy fuerte y veloz. La habitación estaba hecha un desastre. La ropa estaba tirada por la moqueta. Había algunas manchas de sangre esparcidas por el suelo. La cama era lo único decente en aquella habitación de locos. Estaba hecha y con unos cojines muy mullido.
-Hola,¡cuánto tiempo, prima!-saludío con ironía Psique. Se dieron dos besos.
-Hola, Psique. ¿Cómo estas?
-Muerta, pero aparte de eso bien ¿Y tú? ¿Qué tal?-preguntó alegre la vampira. Sonrió Aura ante la alegría de Psique.
-Anda que estes alegre por ser un ser semi-demoníaco. Eres de lo que no hay-dijo Eros cruzado de brazos.
-Mejor que tú-replicó la vampira-, ¡qué estás amargado!
-Bueno haya paz-Mary intentó ponerse en mitad de Psique y Eros.
-¿Qué ha pasado con tu vida desde que te fuiste de aquí?-preguntó la vampira obviando a Eros que murmuraba por lo bajo.
-Pues estoy casada...pero bueno luego te lo cuento. Perdona que te lo pregunté ya pero cómo te transformaste.
Miró con recelo a Eros, Axel y Mary.
-Piraos, o bebo vuestra sangre-aseguró Psique. Aura la recordaba muy extrovertida pero parecía desde que era vampira era más solitaria. La primera en irse fue Mary muy enfadada. Axel la siguió intentado calmarla y dandose la vuelta para ver a Aura. Eros se quedó allí, clavado como si hubiera echado raices al suelo, pero si el ángel era un árbol, Psique sería el tornado que lo arrancara.
-¿Por qué no te vas?-mientras lo decía se fue acercando lentamente hacia a su hermano con su peculiar andar. Sus tacones resonaron por la habitación como si de una cueva se tratase.
Eros la miró indiferente.
-Todavía no me lo has contado. ¿Por qué a ella?-señaló a la chica-.Porque, que yo recuerde, os llevabais fatal ¡Ah!-se chocó la mano en la frente-Ya lo entiendo como soy chico me discriminais. A las chicas os encanta marujear, pero Psique esto es grave. Os dejo a solas por lástima. Adieu chupasangre y chupalmas.
Salió de la habitación muy digno. Psique se extrañó un poco, le quería decir cuatro cosas pero se las calló. Aura se le quedó mirando estupefacta. Chupalmas ¿Por qué? Psique ya estaba al lado de Aura. La cogió del brazo y se sentaron en la cama. Su tacto era frío como el hielo. Psique suspiró y comenzó a hablar

Todo empezó el día que te fuiste. Eros quedó muy tocado después de tu huida con Axel. Dejó de comer y se deprimió. Como ya nadie me hacía caso, porque Dario pasaba de todo y solo se juntaba con extraños amigos, me rebelé. Mis amigas y yo empezamos a juntarnos con gente poco recomentada. Arantxa fue la primera en convertirse en vampira porque dejó a Kike para irse con Samuel. Él era un vampiro que no solía beber sangre humana. Era muy macarra, alto, pálido y no le gustaba la luz solar. La verdad que no me extrañe de esto, porque siempre estaba de fiesta por la noche en discotecas. Un día Samuel y ella comenzaron a salir, Arantxa estaba muy enamorada y parecía realmente feliz. El chico tambien se le veía enamorado como si por fin despues de estar viviendo quinientos años encontrara el amor. Un viernes por la noche, Arantxa y Samuel quedaron en el parque. Nosotras estuvimos la aconsejando sobre que debía ponerse y como actuar. Cuando salió de su casa iba vestida con un vestido supercorto y muy escotado con unos tacones de diez centímetros. Según supe más tarde, la cita fue genial pero Arantxa quería hacer el amor con Samu. Él no quería pero con la picardía que tenía la muchacha era imposible rechazarla. Comenzaron por besarse apasionadamente pero cuando Arantxa notó que le mordia por el cuello quiso parar. Samuel, fuera de sí, comenzó a beber la sangre de la chica. Cuando se dio cuenta era demasiado tarde. Arantxa tenía la enfermedad. La llevó a su casa, y allí fue donde se convirtió en vampira. Nosotras no sabíamos nada. El lunes fuimos al instituto esperando saber cómo le fue a Arantxa pero no vino. No me extrañé porque a mi mejor amiga no le gustaba venir los lunes después del fin de semana. Cuando acabaron las clases. Todas fuimos a casa de Arantxa. Llamamos y estuvimos esperando hasta su madre nos abrió. Nos dijo que estaba mala y no podiamos verla. No la vi hasta el viernes cuando fui con los fumetas. Allí estaba ella besando a Samuel con gran pasión. Estaba muy pálida. Había crecido y estaba bastante más delgada. Sus ojos eran muy pálidos, tanto que parecía que solo tenía pupila. ¿Cómo es posible que si esta enferma este de botellón? Me pregunté. Cuando me vio se acercó, le pregunté que como estaba. Me respondió que bien pero yo no me lo creí. Empezamos a discutir y ella por poco no me mata. Se lo conté a las demás, pero no me creyeron. Maca, despues de un año, dejo a mi hermano. Yo la odié profundamente porque Dario me dijo que todo estaba bien. Maca comenzó a salir con Arantxa por las noches y conoció a Cam, que era el mejor amigo de Samuel. Yo me sentí furiosa al saber pero me callé. La siguiente vez que la vi, estaba bastante más pálida. Estaba delgada y muy alta. Sus ojos cambiaron a marrón avellana. Su cáracter también cambió. En vez de ser simpáctica se hizo más arisca pero se acentuaba más cuando estaba Dario o yo. Todas fueron cayendo poco a poco. Esto ocurrio en cuatro años.
Al final me quede sola. Tras meses de soledad me llegó el Cambio. Venía de italiano, era tarde y había quedado con Carlos, un de 2ºde Bachiller. Me adentré en un callejón estrecho y oscuro. No me gustaba pasar por ahí pero necesitaba ver a Carl, como yo le llamaba, me pudo. Había charcos de algo escarlata y me di bastante más prisa. De la nada salieron cinco figuras. En aquella oscuridad, solo vi que llevaba trajes de cuero. Me rodearon y la lider me habló:
-Nos volvemos a ver, PSI-QUE
Me paralicé. Aquella era la voz que hacia años que no oia. Era dulce pero potente a la vez. Esa voz me había acompañado toda la vida. La miré-o lo intenté- pero no parecía ella pero esa voz.
-¿Arantxa?-musité.
Ella sonrió, y aunque estaba oscuro su sonrisa fue un brillo enseñando sus colmillos. Una segunda figura se acercó pero no habló:
-Muy bien. Veo que conservas tu astucia, amiga.
Se acercó a mi y me agarró de la barbilla con gran fuerza. Me obligó a mirarla a los ojos.
-Me dejaste tirada con Samu. Tú sabías que yo había cambiado y no hiciste nada-reprochó. Había gran desprecio en su voz. El desprecio de una amiga herida.
-Arantxa... Sigo sin saber que te pasa.
La segunda figura exclamó:
-¡Siempre te has hecho la inocente!
Era una voz aspera y tan aguda que dañó mis oídos. Era la voz de Maca.
-¡No es verdad!-espeté-Y además no sé por qué estaís aquí
Las lágrimas amenazaron mis ojos pero me mantuve firme.
-¿Qué hacemos con ella?-preguntó otra voz familiar.
Era Elizabeth.
-La morderemos... y la dejaremos sin una gota-esa figura sonrió. Era una sonrisa fea y con manchas escarlatas en los dientes.
Era la despiadada de Carol.
-¡No!-gritó con una voz sobrehumana Arantxa-¡Caye1 Hazla lo que se te da tan bien ¡Eli, Maca!-ordenó la líder de auel macabro y variopinto grupo-Brazos. ¡Carol! piernas y yo el cuello.
No entendí nada porque un miedo irracional ocubaba mi mente y apenas me hacia darme cueta de estaban apunto de deborarme. Todas las figuras se acercaron lentamente a mí. Entonces por fin me salió un grito de la garganta.
-Será mejor que no grites-me advirtió Arantxa en un susurro. Fue entonces cuando comprendí, después de que mi miedo irracional se acabara, que era mi fin. Yo que pensaba que era la reina del instituto que todo el mundo estaba a mis pies a punto de moriri en las manos de mis amigas. Quise llorar como una niña pequeña pero muriron las ganas en mi garganta. Se transformó en un dolor intenso. Abrí los ojos y vi como Caye con una fuerza inhumana me hizo unaraja en la mitad de mi estómago. El dolor me impactó mucho pero quedo en segundo plano porque antes estaba la cara de Caye. No era humana eso estaba claro pero me impactó que no tenía nada de blanco en los ojos eran negros como si le hubieran puesto azachabes. Que contrastaban con su marmóreo rostro. Sus delicados dedos que antes había visto ahora eran terribles garras.

La sangre comenzó a brotar de mi herida. Caye, Carol, Eli, Maca y Arantxa se quedaron muy quietas. Supongo que el olor de mi sangre era lo que las detuvo en esos instantes. En ese instante, comenzé a llorar. Yo sentía como mi vida me abandonaba y mis amigas eran las causantes de ello. Todas empezaron a mosdisquearme todo el cuerpo. Al final noté mi último pulso. Cai en las garras de la muerte.

Un olor a hierbabuena me despertó. Estaba en mi habitación, la ventana estaba abierta y debía entrar mucho frío, pero no lo sentí. Mi habitación estaba bastante oscura con lo cual deduje que eran las ocho de la noche. El rosa era un morada bastante claro.
-¿Cómo te encuentras?-preguntó una voz a mi lado derecho. Torcí la cabeza. Su pelo brillaba aunque no había mucha luz. Su rostro, a pesar de que siempre había sido moreno, estaba blanquecino. Pero sus ojos eran lo más preocupante, en vez de ser de un verde esmeralda que rebosaban vitalidad tenían unos ojos esmeralda con motas grisáceas que tenían una preocupación que por muy serio que estuviera los ojos le delataban. Debajo de aquellos había grandes bolsas púrpuras. Estaba cansado, se lo imaginó esperando a que yo despertara y llegué a pensar que si no fuera mi hermano estaría enamorada de él. Como tú hace tiempo, Aura.
-Me encuentro rara-respondió con una voz ronca y sorprendiendose así misma pues no lo había notado. Me dolía la cabeza y tenía la necesidad de rascarme el cuerpo pero estaba demasiado débil.
-¿Qué ha pasado?-pregunté, seguía con la voz ronca y cada palabra que decia se me clavaba en la cabeza como cuchillos. Eros me miró con algo parecido a la compasión. Se levantó y me dió un beso en la frente y susurró:
-Descansa, que lo necesitas-su voz era dulce, como era cuando estaba contigo, como la voz de un hermano que te quiere y te protege-.Luego hablaremos.
No quería dormirme, pero cai en las garras de Morfeo y tuve un lindo sueño.


Cuando me volví a despertar estaba totalmente oscuro. Era de noche, me toqué la cabeza pensando que todavía me dolía. Pero me di cuenta de que el pelo cai como si estuviera colgada del techo. Ahora no sé como veia en la oscuridad pero vi mi cama estaba debajo mia. Intenté bajarme y me cai al suelo de bruces. Algo en la habitación sonó como un <<CRACK>> fue mi húmero. Aullé de dolor. Intenté arrastarme hasta la puerta de la habitación para pedir ayuda pero... Ya no me dolía tanto. Al contrario, estaba bien. ¿Qué me estaba pasando?
Fui a la cocina, extrañada. Tenía sed. Abrí la nevera y bebía agua. Pero seguí teniendo sed.
-Así no te vas quitarás la sed-advirtió una voz a su espalda. Me giré sobresaltada. Pero antes de verlo lo reconocí por su olor a hierbabuena y a sangre. Era Eros.
-¿Cómo dices?-pregunté.
-Lo que oyes-me contestó. El cariño que había tenia hacia tiempo (minutos, horas, dias) no existía-.Necesitas sangre
Le miré extraña. ¿Qué esta diciendo este tío? ¿Que era una vampira? Imposible. Aún así le pregunté inocentemente:
-¿Mis amigas son vampiras?
-¿Las Sexo en Nueva York?-asentí-Sí, lo que no sé es si fueran ellas o sus amigas las que te comvirtieron. Psique eres una vampira.” 


Aquí tenéis el capitulo 7 y lo siento por la tardanza. Os ha parecido bien que Psique le cuente todo esto a Aura. ¿Qué ha pasado con las Sexo en Nueva York? ¿Son todavía amigas? ¿Qué opináis del cambio de Psique a vampira?
Pd: No podre escribir porque se estrenan los Juegos del Hambre y tengo que ir a verla. Pero también es mi cumpleaños, el 17 de Abril concretamente

Espero que os guste y comentéis.
Besos

martes, 20 de marzo de 2012

Capitulo 6: Una vida cinco años después (SEGUNDA PARTE)

Hola, siento no haber escrito antes pero he estado bastante liada. La próxima vez intentaré escribir antes. Gracias por vuestro apoyo y comentarios.



Aura hizo la maleta rápidamente. Cuando terminó, miró su habitación. Era tan espaciosa y bonita. Era de un color azul celeste con cuadros de paisajes típicos del norte. Pero se fijó más en la cama, que había sido testigo de cómo Axel le había pedido matrimonio
“ Era una noche verano, Axel estaba en la cama leyendo un libro. Llevaba unos shots y el pecho descubierto enseñando sus marcados abdominales. Aura llegó a la habitación entre lágrimas y se lanzó a la cama. Axel cerró el libro y lo dejó en la mesilla de noche. Aura se había tapado la cara con la suave y mullida almohada de viscoelastica, pero el brujo se acercó y la abrazó con una gran ternura. Le apartó el sedoso pelo rubio, se lo colocó detras de la oreja y le susurró:
-Amor mío... ¿Por qué lloras?
La muchacha dijo algo initelegible
-Aura quítate la almohada de la cara. No te he entendido.
La chica se dio la vuelta y se abrazó a Axel como si la vida le fuera en ello.
-Es que he visto el Diario de Noa... Es tan bonita-lloriqueo Aura aferrandose más a Axel
-Anda que tu también...-Axel sonrió- Oye quería decirte algo-el muchacho titubeo. La chica dejó de llorar y le miró atentamente. Axel estaba serio, era muy extraño. Se acomodó en la cama poniendose a la altura del brujo y enlazó su mirada con la del chico.
-Dime, cariño. Seguro que sabes que decir. Dispara-la chica guiñó un ojo con las manos haciendo la forma de pistola al más puro estilo Contador.
-Bueno, sabes que yo siempre he estado a tu lado, apoyándote en todas tus decisiones-mientras decía esto se inclinó hacia su mesilla de noche y extrajo algo que Aura no vio-. Y ahora quiero que tu me apoyes en esta decision. Si me dices que sí me haras el hombre más feliz del mundo pero si me dices que no, que sepas sobre todo que te quiero. Aura, ¿te quieres casar conmigo?
Aura no reaccionó.Se quedó mirando a Axel que su expresión era de ansiedad absoluta. Cuando iba a responderle, la imagen de Eros besandose con ella cruzó por su mente. Nunca entendió por qué apareció él ¿Axel era el adecuado? ¿No se tenía que casar? Apartó directamente aquellas preguntas funestas y le contestó:
-Por supuesto que sí, te quiero y voy a estar toda mi vida contigo.
Se abrazaron y se besaron con gran pasión”
-Aura vamos...-dijo Axel bajando a la chica de sus hermosos recuerdos. Ella se giró y le cogió la mano que le tendía. Era el hombre perfecto, igual que aquella noche de verano.
-Axel ¿Dónde vamos a aparecer?
-En el vestíbulo.
El brujo murmuró algo y Aura sintió la familiar sensaciónde ponerse el estómago en la garganta al igual que en una montaña rusa del parque de atracciones. Un viento les acompañó, era cálido, pero no pegajoso como el de la playa. Este acariciaba la cara. Cerró los ojos con fuerza y por un momento se sintió en paz consigo misma. Nada en el mundo podría perturbarla en aquel momento.
-Cariño-susurró Axel-. Ya hemos llegado.
Aura abrió los ojos y parpadeo hasta que sus ojos se acostumbraron a la tenue luz que había en el vestíbulo. Se llevó una gran decepción. Todo estaba lleno de polvo. Parecía que hacía un siglo o más que nadie limpiaba esa casa. El vestíbulo tenía un color crema bastante pálido. Los mueblos eran de un triste color cerezo desgastado por la luz solar. Había un espejo de cuerpo entero y al lado una especie de cómoda donde había fotos de Eros, Psique y Dario de peque´ños. Alegres e inocentes. La casa había cambiado, según razonó Aura aunque solo había visto el vestíbulo.
-¡Por fin! Ya era hora de que llegaraís-exclamó una voz detrás de Axel y Aura. La chica se sobresaltó aunque reconoció perfectamente la voz. Estaba detrás de unas sombras. Se acercó hasta que la luz le dio en la cara. Había crecido, era más alto y más musculoso. Pero su rostro era bastante más tenso de lo que ella recordaba. Vestía unos pantalones vaqueros con una camiseta roja con las caras de Tom y Jerry. En su mano lllevaba una lata de cerveza.
-Lo siento- respondio Axel con una voz más tensa de lo habitual. Aura lo miró de soslayo y sintio como su amor por él cada día día, cada hora, cada minuto y cada segundo era mayor. Eros se fijo en en la chica. Vio como esta había cambiado físicamente pero apreció más el cambio en la manera en que miraba al brujo. Tomó un sorbo de su cerveza.
-¿Por qué nos has llamado? ¿Para qué nos necesitas?-preguntó Aura. El chico la miró y sintió como la ira se colapsaban en sus venas. Nunca había necesitado a alguien y no iba a empezar a hacerlo ahora.
-Perdona, brujilla, pero yo no os he llamado-ante la cara de extrañeza de Aura y Axel, Eros siguió hablando-.Me ha obligado Mary.
-¿Mary?-preguntó la chica recelosa-.¿Mary... la fantasma?
-Así es-dijo Eros con exasperante paciencia.
-¿Y cómo la puedes ver si eres un ángel?-intervinó, por primera vez en la conversación, Axel.
Eros sonrió con suficiencia.
-Porque ella habla y yo la puedo oír aunque no la vea-emplicó con gran lentitud.
Aura frunció el ceño y se cruzo de brazos. Eros había cambiado. Ahora no parecía un ángel, como la chica recordaba. Su carácter se había moldeado hasta que este era terriblemente arrogante y cerrado. Axel también se había dado cuenta de que el ángel había cambiado.
-Bueno entonce-continuó Axel-.¿Por qué Mary nos ha llamado?
Eros miró al techo y se frotó la barbilla haciendo como que pensaba.
-Bueno-contestó al cabo de un rato-, es por mi hermana.
-¿Qué le pasa?-preguntó Aura indiferente.
-Es una vampira.
Aura abrió los ojos como si acabara de despertar de un mal sueño. Aunque el asunto era grave, la chica no sabía por qué los había llamado.
-Siento parecer entrometido pero no entiendo por qué nos ha reclamado-ante la cara de Eros, se corrigió-. Bueno por qué nos ha llamado Mary.
Eros suspiró imperceptiblemente. Aunque había muros que el muchacho había construido la chica lo vio bastante triste.
-Todavía no se cómo ha ocurrido pero Psique quería veros. Así que, por aquí por favor y abrochense los cinturones de seguridad-dijo imitando a una azafata.

 Besos

lunes, 12 de marzo de 2012

Capitulo 6: Una vida cinco años después

Primero quería pedirles perdón. He estado muy liada y aparte de la depresión, que ya se me ha pasado, ahora vengo con las energías renovadas para seguir escribir.
Segundo se que es muy poco lo que les voy a decir pero es que se me borro lo que había escrito. Gracias por la paciencia que habéis tenido y ya no me enrollo más.

Años después...

La lluvia caía sobre el cristal, el día era gris y oscuro pero a ella siempre le habían gustado los días así. Cerró delicamante el libro de Suzanne Collians, Los Juegos del Hambre. El libro era genial pero no los ojos del ella no aguantaban más. Axel no venía. Ella le echaba en falta. Miró su móvil Sonic Ericson Xperia, nada no llamaba. Llevaban unos años viviendo juntos y había pasado mucho desde aquel día. Pero lo mejor que gracias a aquella huida Axel y ella estaban casados.
El timbre sonó despertando a Aura de su ensoñación. Se levantó de su cómodo sofá y se dirigió a la puerta. Abrió lentamente y vió que era Axel cargado de bolsas del supermercado.
-Hola, cariño-dijo él mientras entraba a la casa precipitadamente. Aunque era muy poco pequeña la casa tenía bastante luz para ser Londres. Entraron en la cocina que estaba llena de azulejos negros y blancos. Aura encendió la luz y cuando se dió la vuelta le sorprendió un beso de Axel en los labios. Fue corto y delicioso.
-Perdona porque no te haya dado el beso antes-se disculpó el brujo. Aura le sonrió. Él era siempre tan cariñoso, tan amable tan ideal, tan amigable y montones de adjetivos buenos.
-No importa bobo-le dijo la chica despues del beso.
-Aura, te quiero.
-Y yo a tí, mi amor.
Se abrazamos y fueron al salón. Aunque lo intentaba disimular Axel estaba tenso. Aura lo notaba pero no sabía si preguntarle o no. Se sentaron en el sofá cómodo y la chica le preguntó:
-¿Por qué estás tenso?
Axel titubeó y desvió la mirada pero finalmente contestó:
-Eros se ha puesto en contacto conmigo...
A Aura se le paró el corazón. Después de años sin oir ese dichoso nombre ahora cuando era feliz lo nombran. Le traia malos recuerdos. Sobre todo la discursión que tuvieron el último día que ella y Axel pasaron en aquella ciudad. En ocasiones, se acordaba de él pero intentaba disimularlo. Aura sacudió la cabeza y bajo a la Tierra. Miró a Axel y preguntó muy lentamente:
-¿Por qué?
-No me lo ha querido contar pero parecía bastante grave-contestó Axel mirando como el agua caia lentamente por el cristal. Había dejado de llover tan fuerte.
-¿Entonces qué hacemos?
-Yo pienso que no se habría puesto en contacto conmigo si no fuera tan grave, por eso pienso que tendríamos que ir a su casa.
Aura enmudeció desde de cinco años volvería a verle. No le apetecía nada de nada pero Axel tenía razón.
-¿Pero ha dicho que yo vaya?
-Concretamente me ha dicho que vayas conmigo-confesó el brujo molesto. Aura le miró a los ojos. No se creía que Eros le hubiera pedido eso. Asintió y contestó:
-Vayamos.
Luego explicaré que paso y como abandono la casa de Laura.
Espero que os guste,
Besos

sábado, 3 de marzo de 2012

Capitulo 5: la primera caza

Aunque estoy depre esto es de antes así que lo publico como ultimo entrega (de momento)

5
La primera caza.
Aura y Eros sintieron la lluvia caia a su alrededor pero no les molestó. Eran un solo cuerpo y una sola alma. Sabían que iba contra todo pero las leyes estaban para romperlas. No querían separarse pero lo hicieron. Se miraron a los ojos. Los de él eran de un verde muy intenso que parecía brillar con luz propia. Los de ella eran más azules que el propio cielo en un día de verano. La lluvia seguía descargando con fuerza pero los chicos se quedaron mirandose.
-Aura... No te muevas-dijo Eros con gran precaución. La chica le miró extrañada pero hizo lo que le decía. La verdad es que esperaba que dijera algo como “Aura... Te quiero, fuguemonos” o “Aura... Eres tan especial”. Eros se movió lentamente hacia la derecha. Se sacó lentamente algo de su bolsillo. Aura miró a su alrededor pero no había nadie que se moviera.
-¿Por qué?-se atrevió a preguntar la chica. El chico no desvió la mirada pero el tamaño del objeto que había sacado aumento de tamaño. Era un arco. Era plateo y de un material que Aura no supo reconocer. Una flecha con una punta que parecía muy afilada le cogió Eros y la puso en el arco. Apuntó hacia alguien de la masa de personas. Aura pensó que iba a matar a alguien, el ángel se había vuelto loco.
-Eros... ¿qué haces?-siseó la muchacha todavía sin moverse. El chico no se dignó a mirarla pero contestó:
-Hay un demonio menor. Un Cambiante.
El chico tiró la flecha que pareció que cortó el aire en dos. La flecha se clavó en lel brazo derecho de un chico de pelo negro con una camisa blanca que enseguida se volvió roja-violeta. Eros se acercó con cuidado y Aura lo imitó. El chico yacía con los ojos cerrados en el frío suelo mojado. Las baldosas de la plaza se llenaron de una sangre roja y violeta. Aura fue a tocarla pero Eros la detuvo. Todo lo ocurrido después ocurrió muy deprisa.
El demonio abrió los ojos de repente y atacó a Eros cuando este todavía miraba a Aura. La chica quiso gritar pero el chico demonio tenía ya cogido por el cuello. El angel se revolvia pero el cambiante tenía al chico bien agarrado. Aura no sabía que hacer, estaba desesperada no podía pensar con claridad. Miró a todos los lados de la plaza notando como su corazón le golpeaba violentamente en su pequeño torax. La gente seguía inmóvil, ajena a aquella dramática situción. Eros cada vez estaba más rojo y respiraba de forma irregular. Entonces lo vió. Iluminado como si un rayo de sol cayera sobre él, iliminando también los ojos de Aura. El arco de plata de Eros estaba en el suelo. La chica se acercó corriendo al él y lo cogió rápidamente, aunque a ella le pareció un milenio. Pero donde estaba la maldita flecha. Miró al Cambiante. La tenía clavada en el brazo derecho. La chica no se lo pensó dos veces y tiró con una fuerza sobrehumana al demonio. Le dio en toda la cabeza. El demonio chilló y soltó a Eros que tosió con gran fuerza. La chica soltó el aire y se dió cuenta de que lo estaba conteniendo. Observó a Eros como él la miraba con cara de horror puro que la chica no supo descifrar. Entonces, algo se avalanzó sobre ella. La agarró por la cintura inmovilizandola, ella chilló. El Cambiante se fue corriendo con ella cargada en el hombro. Vió como Eros cogía el arco y los perseguia a gran velocidad. Ella se intentó zafar de demonio, le golpeo con fuerza en la espalda y dando patadas. El demonio aminoro un poco la marcha y Eros comenzó a alcanzarlos. La chica se volvió hacia el demonio menor su pelo estaba todavia manchado de sangre y lo agarró con fuerza, tirando de él. El demonio gritó con una potente voz inhumana. La soltó ycayó violentamente al suelo. El Cambiante se acercó a ella lentamente. Apareció un cuchillo en su mano izquierdo de una neblina negra. El chico demonio alzó el cuchillo. Aunque Aura sabia que iba a morir estaba relativamente alegre, se reuniria con su madre. Sintió como el cuchillo le hizo una pequeña herida pero no hundió el cuchillo. Abrió los ojos y vió como una flecha le sobresalia del pecho. Se miró al pecho viendo atónito como aquella flecha acababa lentamente con su vida. Dejó caer el cuchillo y lentamente cayó el de rodillas en frente de Aura. Le vio a los ojos con algo que a la muchacha le pareció rabia. Al instante se convirtió en polvo. La chica siguió mirando el polvo. Sintió su piel húmeda, eran lágrimas. Alguien la cogió y la aupó. No le hizo falta saber quién era porque aquel olor le embriago como otras tantas veces. Era Eros. Ella se abrazó más a él. ¿Por qué era ella un ángel y una bruja a la vez? ¿Cómo había entrado en aquel mundo de seres fantásticos que antes no existían para ella? Entonces se dio cuenta de donde se había metido. Ella quería huir y vivir como una persona normal sin la angustia de que demonios te persigan. Comenzó a llorar en silencio. Eros la bajó de sus enormes y musculados.
-¿Qué te pasa Aura?-preguntó Eros.
-Nada... Es que hoy cuando te he visto en los brazos de aquel demonio, sentía que te iba a perder-dijo ella. Sentía la mirada atónita de él observandola atentamente-. ¿Por qué nadie me había dicho en realidad como coño es este mundo? ¿Por qué nunca me has dicho como son los malditos demonios, Eros?
El chico se quedó quieto sin reaccionar todavía. No sabía que Aura era tan frágil, aunque si nunca has visto un demonio como iba a reaccionar.
-Aura pensaba que sabias de que iba esto...
-Pues nunca lo he un demonio y ahora me estan persiguiendo. No quiero estar aquí, no quiero ver demonios ni nada por el estilo, tengo miedo de morir en la vuelta de la esquina. ¡Quiero irme a Londres! ¡Quiero irme a Madrid! ¡Quiero irme a cualquier sitio qué me sienta segura!
-Pero Aura tienes que aprender a defenderte y no puedes huir de los problemas-Aura miró al suelo pero Eros continuó-. Al igual que todos los ángeles tienes que aprender a matar demonios. Aunque seamos inmortales si te clavan un cuchillo en el corazón te mueres, como un ser humano normal.
-¿Entonces cuál es la ventaja de ser inmortal?-preguntó la chica con recelo entrecruzando los brazos.
-Nunca vas a contraer una enfermedad... Te sirve de respuesta ¿o no?-preguntó Eros con una gran pulla-. Mira Aura te lo digo claro sino quieres ser un ángel vete a Madrid, Londres , París,... donde te de la gana. Nunca había entrenado a nadie así de desganado. Encima que te dan un don vas y lo rechazas por un simple demonio ¡Vete si quieres pero no vuelvas!
Aura lo miró atentamente. Todavía estaba lloviendo y él estaba empapado. Su pelo rubio estaba aplastado en su cabeza. Aunque hacia relativo frío el chico estaba colorado de pura rubia. La muchacha no entendía bien lo que quería decir. ¿Le estaba recriminando no querer ser un ángel? La lluvia seguía cayendo con fuerza y persistente.
-¡Eros te dejame en paz! Si no quiero ser un ángel no quiero, es una pena pero es lo que hay. ¿Sabes que te digo? ¡Tú quedate aquí y yo me voy a otra ciudad! ¡Adiós!-exclamó enfadad Aura y dejando a Eros en mitad de la plaza solo y mojado. Las lágrimas no se notaban gracias a la lluvia. Miró su reloj, ya había pasado la hora. Ahora ¿a dónde iba? Volvió a reiniciar el tiempo y salió corriendo por las calles de la ciudad. Se chocaba con la gente y la insultaban pero le daba igual. Corrió como alma que lleva el diablo hasta una pequeña casa de color blanca eran de dos pisos. Estaba decorada por fuera con macetas de flores muy extrañas. Se acercó y llamó al timbre. La puerta de cerezo se abrió y entonces salió el chico. Era Axel. La miró con cara de extrañado pero no le dio tiempo de hablar porque ahora lo abrazó. Axel se quedo quieto mientras Aura lloraba y decía cosas incomprensibles. El chico poco a poco la fue abrazando pero la chica seguía llorando desconsoladamente.
-¿Qué te pasa Aura?-preguntó el brujo.
-Es... Eros. Me ha dicho cosas horribles porque... porque... no quiero ser un ángel-balbució la chica.
-Yo pasa nada pero ¿por qué le has dicho eso?
-Porque mientras haciamos el calentamiento nos ha atacado un Cambiante creo y a mi parecer iba a morir si no tiro el arco plateado. Axel quiero irme a otra ciudad vivir segura. ¿Si me fuera vendrías conmigo?
El brujo no reaccionó, se quedó allí en el salón plantado como si Aura hubiera parado el tiempo. Ella le estaba proponiendo fugarse a otra ciudad. Aunque no reaccionó tuvo clara la respuesta desde el primer momento. Separó sus labios lentamente y respondió con un escualido:
-Sí

Gracias por opinar y
¿ últimos Besos?

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