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domingo, 26 de febrero de 2012

Capitulo 4: la amistad 2/3

Hola!!!
Ya estoy aqui, otra vez. Siento mucho no haber publicado el capitulo antes pero es que he andado un poco liado y como mínimo hasta el dia 29 no me pasare por aqui. Sorry.


Estamos hechos de la misma materia que los sueños
-¿Por qué me has besado?-preguntó Eros enfadado. Aura se echó un poco hacía atrás y vió Axel haciendo una marca de victoria. La chica se volvió hacia el ángel. ¿Qué excusa se inventa ahora? Pensó la muchacha.
-Porque...porque me he girado y nos hemos chocado. Pero tú no has hecho nada para evitarlo-le recrimino la chica señalandolo con el dedo indice y una gran sonrisa de victoria. El angel se quedó mudo y serio. Estuvo mirando el suelo como si esperara que el suelo se abriera pero al pasar unos segundos volvió a mirar a los ojos de Aura que estaba contrariada.
-Vale es verdad que no he hecho nada para evitarlo, pero no quiere decir que me puedas besar cada dos por tres-dijo enfadado Eros. Aura sabía que tenía él razón pero no lo iba a admitir. Bastante había hecho ya.
-¿Pero yo te gusto?-preguntó la chica mirando al suelo. Eros sonrió pero estaba tenso. No contestó enseguida y aunque Aura solo lo conocía de seis días pero sabía que por dentro estaba dubitativo. Un silencio cayo sobre ellos que se hizo bastante incomodo pero Eros parecía no darse cuenta.
-Bueno...sí-admitió el chico pero siguió hablando-. Pero es que no podemos estar juntos...creo-al ver la cara de extrañeza de Aura continuó hablando-.Te acuerdas de que tienes sangre demoníaca y yo sangre angélica...
-¿Pero podíamos intentarlo?-preguntó Aura con una voz que sonó muy tranquila. Pero en realidad, estaba nerviosa y tensa. Temblaba ligeramente pero ocultaba las manos detras de su espalda. Eros suspiró sonoramente y dijo:
-Aura ya lo intenté con otra... humm, persona y no funcionó.
-Pero yo tengo sangre de angel... creo que contara algo-dijo Aura sintiendose como una niña pequeña que no quiere aceptar la realidad. El chico volvio a suspirar sonoramente y contestó con gran impaciencia:
-Quieres que te cuenta que pasó con una persona que tenía sangre demoníaca pues te lo voy a contar.
En una misión, rescaté a una licantropa. Elena. Era alta y delgada igual que un junco. Sus cabellos caian en suaves ondas negras al igual que una cascada, pero lo que más me gustaba de su físico eran su hermosos ojos grises parecidos a un día nublado. Tambien era simpática y graciosa. Al instante me enamoré. Enseguida nos hicimos buenos amigos. Yo no hacía otra cosa que pensar en ella, mi tutor me dijo que nunca podría estar con ella pero no le creí. Elena, día tras día, me gustaba más. Un fatídico día fuimos al parque a pasear. Yo tenía pensado decirle que me gustaba pero no me atrevia hasta que ella me dijo que estaba muy callado. Yo le dije que nada, pero la chica no era facil de engañar y me siguió preguntando. Yo le pregunté si nunca había estado enamorada de una persona prohibida. Ella me dijo que sí que mogollón de veces. Me carició la cara con las manos que eran suaves al igual que las plumas. Entonces me lancé, se lo dije. Ella también me dijo que me quería pero iba a decirme algo más pero nunca llegaré a saberlo. La besé. Mi primer beso. Cuando nos separamos y ella estaba pálida. Temblaba de una forma que no era humana. Entonces el suelo se abrió. Era la puerta del infierno. Elena cayó y cayó. Pero lo más impactante fue su cara de horror... nunca podre olvidar su dulce cara destrozada por el horror que la inundaba su rostro moreno. Me sometieron a un juicio y salí culpable. Me condenaron a nunca más ir a la ciudad de los ángeles y enseñar siempre a ángeles novatos. Pero no me importó, solo me importaba Elena. Mi tutor me enseñó las lecciones y saqué matricula pero nunca me he recuperado de este palo.”
Aura no dijo nada. Simplemente le abrazó. Él comenzó a llorar. Nunca había visto a un ángel tan humano.
Axel se acercó a los chicos que continuaban abrazados y carraspeó. Los ángeles se separaron. Eros estaba oculto tras su mascara de hierro que parecía no haber llorado y Aura un poco ruborizada pero enseguida se rehizo.
-Aura, eso ya está-explicó el brujo. Ella se alegró, por fin una buena noticia tras la historia de desamor de Eros. Miró a Psique, que estaba ahí parado de una forma muy graciosa. La chica asintió.
-Eros ¿puedes dejarnos a Axel y a mi solos?-preguntó con una voz que era suave como la seda. Pero el chico no le hizó caso y siguió mirando a su hermana sin comprender. Aura presentía lo que el angel le iba a preguntar pero hasta que él no lo dijo deseo que se olvidara de aquello.
-¿Qué hace ahí mi hermana?-preguntó Eros con una voz relajada que era, por supuesto, totalmente falso. Aura no podía mentirle, más quería decir, pero tampoco decirle la verdad.
-Nada... Me encontraba un poco mal y me ha acompañado al lavabo pero como estaba hablando con Axel, él tambien ha salido de su clase y me iba a examinarme. Pero con tu hermana delante no podía hacerlo-explicó Aura. Psique seguía en la misma posición. Axel asentía pero Eros no estaba convencido.
-Entonces... ¿Por qué has venido a mi clase?-preguntó él. Aquí Aura no tuvo que mentir mucho porque lo que la había impulsado a hacer eso.
-Porque todavía no habíamos hablado sobre … eso-dijo gestuando con sus diminutas y marmoleas manos. Aunque el brujo lo sabía decidió pasar aquel pequeño detalle por alto-. Le dije a Axel que necesitaba estar contigo... aunque no hablaras pero necesitaba estar contigo.
Aura se abrazó a él. El ángel tambien la abrazó a su vez. Le encantaba estar así, parecía una única persona.
-Chicos, me tengo que devolver el tiempo normal, vamos Eros a clase. Yo me quedo aquí y tú, Aura estabas ahí-dijo señalando el lado derecho de Psique. Antes de irse, Eros le dió a Aura un beso en la mejilla. También le guiñó un ojo y entró a su clase. Aura sonrojada se puso en el sitio que anteriormente le había indicado el brujo. Axel ya estaba en su sitio, hizo algo con los dedos de su mano derecha y una extraña sensación llegó al estómago de Aura.
-¿Quién soy yo?-preguntó Psique, recuperando la inmovilidad- ¿No nos presentas, Aura?
-Oh, claro...-dijo Aura llevandose una mano a la cabeza y golpeandose con ella la cabeza-.Este es Axel. Axel, ella es mi prima Psique.
-Encantado de conocerte-dijo el brujo dandole dos besos a Psique se sonrojó pero le dió unos besitos timidos.
-Igu...Iguamente-dijo titubeando Psique.
-Bueno-dijo Aura cogiendo del brazo a su prima y llevandosela arrastras-. Hasta luego, Axel.
-Adiós, bellezas-coqueteó el brujo. Psique se despidió con la mano y se volvió enfadada a la chica.
-¿Por qué nos vamos ya?-preguntó con gran irritación.
-Porque estoy mareada y todavía no se me ha pasado-sentenció Aura. El baño estaba al final del pasillo. Todo estaba en silencio, por otra parte lógico porque todo el mundo estaba en clase. Solo se oian las pasos apresurados de Aura y Psique.
Al abrir la puerta el olor típico de tabaco inundó las fosas nasales de las dos chicas. Aura se tomó una pasillo y esperaron esta que sonó el timbre que anuciaba el cambio de clases.
Les tocaba matemáticas. La asignatura más odiada de Aura. Los números eran esteriles, sin sentimientos. La lengua y literatura era otra asignatura distinta, ahí podías expresar lo que sentías sin necesidad de dichosas fórmulas. Ella sabía que las ciencias tenían más salidas pero las letras... eran su vida. Psique y ella salieron del baño y se adentraron en la clase. La mayoría estaba haciendo la tarea de mates. Nadie los hacia salvo Aura. Aunque odiaba las matemáticas no se le daban pero que nada mal. Siempre solía sacar nueve o como mínimo un ocho. Las Sexo en Nueva York estaban apiladas en la mesa de la Alma. Era una chica empollona. Era bajita y delgada. Unas grandes gafas azules convinaban con sus ojos marrones. Sus cabellos eran lisos pero cortos. Eran castaños. La profesora vino antes de lo esperado y todos entraron cabizbajos.
Aura no prestó atención, porque esa clase iba especialmente a los que no entiendan las ecuacuaciones. Un flash iluminó su mente empezó a dibujar como si supiera que estaba haciendo cuando en realidad no tenía ni idea. Cuando terminó contempló su obra de arte. Era una escena, un ser horrible que era alto y llevaba unas alas negras sucias llevaba una espada en su mano izquierda. Una chica estaba aterrorizada pero aun así seguía luchando con su cuchillo pequeño. Era un hermoso dibujo pero a Aura le impactó un montón. Era ella, la chica del dibujo.



Besos

3 comentarios:

  1. me ha gustado mucho y que pena que su amor sea imposible besos

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  2. Me alegro de te que haya gustado. Su amor es claramente imposible pero habra momentazos entre Eros y Aura.
    Besos

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  3. Al fin me puse leer! Pobre Eros, yo no querría repetir esa experiencia. No recuerdo si lo he dicho antes (porque hace mucho que no comento), pero Axel me cae muy bien =)
    El dibujo es algo que pasará, no?
    Hasta pronto, cuídate,
    bss, Sara.

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Espero que comentéis como cada una de vuestras opiniones me hace muy feliz pero siempre desde el respeto
Lo único que puedo decir es...
¡Gracias! :D

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